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Ya no pasará más por la calle Cava

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No hace mucho tiempo, a D. José Serrano, un policía municipal que indudablemente cumplía con su obligación, le amenazó con multarlo si lo volvía a ver pasar por la calzada de la calle Cava con la silla de ruedas; a esto José respondió que la acera era intransitable para una silla de ruedas y que debía subir al centro para realizar unas gestiones personales, el agente le respondió que diese la vuelta por otra calle para conseguir su objetivo.

Pepe, un luchador, un inconformista, pero sobre todo, una gran persona, junto con Concha, su mujer, fueron los únicos que realmente respondieron a un artículo que escribí hace ya algunos años, concretamente en el periódico Adarve nº 703 de 15 de septiembre de 2005 en la sección “Cartas al director”, titulado “Los ¿Por qué? de mi hijo”. Gracias a ellos, nos unimos a otros compañeros y comenzamos una recogida de firmas. Este fue el comienzo de la asociación Priego sin barreras arquitectónicas, en la que Pepe era de los más activos y siempre se quejaba porque todo lo que conseguíamos le parecía poco. Pero a pesar de que él sabía que los logros conseguidos apenas los iba a disfrutar por su avanzada edad, decía que todos estos beneficios se quedarían para quien viniese detrás.

Las últimas palabras que tuve con él se referían a la asociación, me encargó que siguiera luchando y yo me comprometí a dedicar todo el tiempo posible para que la asociación Priego sin barreras arquitectónicas siguiese avanzando enérgicamente.

Me dolió mucho que le prohibiesen pasar por la calle Cava, pero no culpo al guardia que se lo prohibió, ya que él solo cumplía con su obligación. Los únicos responsables de que las calzadas, aceras y establecimientos no estén libres de barreras arquitectónicas son nuestros dirigentes; los que tenemos ahora, los que hemos tenido y los que puedan venir.

Por eso, a ellos les pido que cumplan la normativa, porque hay muchas personas necesitadas de su buen hacer, y espero que no olviden que Pepe seguro que nos observa desde ahí arriba y que su mayor felicidad sería ver los deseos, por los que tanto había luchado, hechos realidad.

En honor a mi amigo y compañero Pepe (Presidente de la asociación Priego sin barreras arquitectónicas). Descanse en paz.