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25 de agosto de 2009 | Antonio García Fuentes

La cosmética y el ser humano

Leí hace bastante tiempo, que en Mesopotamia o la antigua Persia, fue inventado lo que hoy denominamos vulgarmente “el pintalabios”; si bien entonces no era tal como hoy lo conocemos, sino un tipo de ungüentos o pastas, que elaboradas con colorantes minerales producían el atractivo rojo que por lo visto, hacía furor en aquellas mujeres pudientes que tenían acceso a tales colorantes. El narrador contaba que como aquellos colorantes e ingredientes, eran bastante venenosos, aquellas presumidas damas, terminaban por morir envenenadas, simplemente por cuanto a través de la saliva iban ingiriendo poco a poco aquellos venenos y sin darse cuenta ni achacárselo a aquellos ungüentos, terminaban muriendo con atroces dolores, que en su ignorancia vete a saber a qué o a quienes lo achacaban.

No es que ello asombre a nadie medianamente cultivado, puesto que sabemos que en todas o casi todas las tribus humanas, han tratado de cambiar su fisonomía natural y aunque para ello, hayan tenido que someterse a tormentos horribles; y lo hemos visto incluso en la época actual, en tribus asiáticas o africanas, con los horribles (para nosotros) tratamientos que se hacen o les hacen, para simplemente resaltar su virilidad de machos, o su atractivo como hembras.

En nuestra época y en el “civilizado mundo occidental”, hemos visto a un famoso cantante o bailarín norteamericano y cuyo nombre no me acuerdo ahora, que se empeñó en cambiar de color y lo logró, sobre la base de no sé qué tipo de tormentos o tratamientos, puesto que cambiar la piel de un ser de piel negra hasta convertirlo en blanco, debe tener un proceso que ni imaginarse pueda. Lo vimos cuando aparecía, como una máscara de ni sabemos qué tipos de maquillajes y demás aditamentos emplearía, pero la verdad su apariencia era algo tan anormal que mejor dejarlo en esa comprensiva palabra. Hoy 25 de agosto la prensa dice que murió envenenado y acusan a su médico de “homicidio involuntario”, tras una muy laboriosa autopsia.

No hablemos de la cantidad de otros seres, que se hacen estirar el pellejo, coser y recoser diferentes partes, añadir lo que sea y como sea, puesto que lo que quieren es no envejecer y buscan algo así como estancarse en el tiempo y huyen de los procesos naturales que a todos y antes o después nos han de llegar… algunos vejestorios aún vivos y que sabemos, “tiene en su cuerpo más cortes que el trapo de un afilador”, hoy los ves y sinceramente, dan lástima… puesto que la risa es algo cruel y no debe darse, ya que es mejor sentir piedad por tales mártires de una belleza establecida, por y para ni se sabe qué… el caso es destacar, pero destacar siempre en lo material. Hay mucha gente que no se conforma con lo que Dios o la Naturaleza le dio y quiere más, mucho más. Nada que decir en lo que por defectos corregibles, el ser humano quiere beneficiarse de lo que la ciencia le puede dar hoy, para normalizarse con el resto; puesto que es lógico que se quiera poseer lo necesario para vivir… pero eso es otra cosa.

Ahora leo que, gran cantidad de las mujeres de piel negra y en África, quieren ser blancas, puesto que así se consideran mucho más atractivas sexualmente y como están influenciadas por “la blancura occidental”, incluso en los países más destacados dentro de lo que es el África actual (Kenia) los anuncios son en mayoría protagonizados por seres de piel blanca. Para obtener esa blancura y pese al peligro que conllevan los tratamientos y que aquellas autoridades procuran difundir, esas mujeres (no sólo keniatas sino de otros varios países) están comprando cremas que, elaboradas con mercurio, lejía, esteroides y no se cuantas cosas más; se venden clandestinamente y son usadas, sin querer saber que su piel se va quemando y destruyendo y que pueden morir de un tipo de cáncer en la piel o en el hígado, amén de los padecimientos que hasta llegar a ese final tendrán que sufrir.

Claro que también en el “occidente civilizado”; ves en las playas… “a criaturas y criaturos”, tostándose al sol y cociéndose con cremas más o menos protectoras, pero algunas de las cuales, son simplemente grasas que lo que hacen es freír la epidermis… y pese a que el cáncer de piel avanza y las autoridades médicas no hacen más que decirlo, esos seres persisten en querer ser ennegrecidos o bronceados; o sea lo mismo que las negras africanas, pero al revés… los blancos europeos quieren convertirse cuasi en mulatos. Parece incomprensible todo lo que ocurre y se le ocurre al ser humano… y es que necesítase ser muy sabio para aceptarse, como aquel sabio que siendo esclavo y cojo, se aceptó y pese a sus taras… nos dejó unos maravillosos escritos que nos enseñan infinidad de cosas útiles al ser humano de todos los tiempos… fue un esclavo en Roma y se llamó Epicteto… “Dios y los dioses en quienes creía, lo habrán compensado en otras vidas”, puesto que como decía Pitágoras… no se muere… la muerte es un tránsito nada más.

 

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