Hace solo año y medio, y el Teatro Victoria estaba casi lleno. Por lo tanto es fácil recordar que la nueva Alcaldesa, recién elegida, pronunció un largo discurso en el que prometió solemnemente y repetidas veces que esta sería la legislatura del diálogo, del entendimiento, de la negociación, del acuerdo, del consenso…
Suponíamos que lo decía porque, al no tener mayoría absoluta, necesitaba llegar a acuerdos para aprobar cualquier cosa importante. Pero no, lo decía solo para despistar, o tal vez para engañar al pueblo. Año y medio después lo ha demostrado repetidas veces.
Aprobó el presupuesto de 2008, pero no porque convenciera a los concejales de IU, sino porque estos votaron… ¡con la nariz tapada!.
Podrían haber consensuado el Plan de Inversiones, la financiación del nuevo Mercado de Abastos y los Planes Provinciales; pero no se entretuvieron en negociar sino que consiguieron aprobarlos convocando un Pleno al que sabían que iban a faltar dos concejales de la oposición. Llegaron después las Ordenanzas y se presentaron en la Comisión que tenía que dictaminarlas (el lugar apropiado para negociar o comprobar el resultado de la negociación), sin los informes técnicos jurídico y económico que son preceptivos. Lógicamente, la oposición en pleno dijo no. Y en vez de ponerse a negociar, cogieron una pataleta y decidieron lo contrario de lo que tenían pensado: no subir las ordenanzas. Después quedó claro que varios partidos de la oposición, hubieran aceptado una subida. Pero el equipo de gobierno ni siquiera quiso negociar. ¿Pues no había hablado doña Encarnación de mucho diálogo, negociación y consenso?.
Hasta en Cultura se ha notado la fiebre negociadora. En la última Comisión de Cultura, la concejala anunció que el PSOE abandona su proyecto estrella para esta legislatura: la creación de una Fundación que englobara a los tres Patronatos existentes. Pero abandonan el proyecto sin negociarlo, sin dialogar, sin intentar el consenso, sin ni siquiera explicar porqué lo abandonan.
Y es que en política de nada sirve pedir el consenso a los demás; lo que vale es ser capaz de conseguirlo negociando, debatiendo, convenciendo con argumentos.
Pero aquí es la oposición la que ofrece acuerdos. En el PP, desde la oposición, hemos conseguido en este año y medio la aprobación por unanimidad de cinco mociones. ¡Por unanimidad, oiga, que no es fácil!. Y en el último Pleno, la oposición forzó una reunión para hablar del Fondo de Inversión Local del Estado, pues el equipo de gobierno, una vez más, no tiene tiempo de negociar un plan de todos…
Somos muchos los que pensamos que Priego está muy necesitado de acuerdos, de unidad, de proyectos a largo plazo que se mantengan gobierne quien gobierne. Por lo que se ve, el PSOE no piensa así; creen que se bastan ellos solos. Por eso doña Encarnación empezó su mandato intentando engañarnos a todos en el más puro estilo zapateresco. Prometió diálogo, consenso, negociación. Pero lleva veinte meses haciendo todo lo contrario.
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