Hace un mes me llamaba un orientador andaluz que trabaja en La Rioja. Me comentaba que tenía ganas de volver a Andalucía, su tierra, que en La Rioja se trabaja mucho mejor, cuentan con más recursos y mejores ratios que en Andalucía, pero a pesar de que sabe que si vuelve las condiciones van a ser peores, «la tierra tira... ».
De forma resumida, los resultados arrojan los siguientes datos: Singapur, China, Japón, Finlandia... a la cabeza, en torno a los 520 en las tres pruebas que se realizan.
España, ya no está a la cola, con 495 puntos de media. De los 35 países de la OCD que se evalúan, estamos en la media, siendo el que obtiene peor resultados México con 416 puntos en ciencias y el mejor Japón con 538. Nos separan un total de 20 países del primero de la lista. Esta vez hemos alcanzado la media de la OCD en lectura y en matemáticas, en ciencias nos quedamos un poco por debajo. Pero debemos tener en cuenta que la media ha bajado en general entre los países de la OCD.
Tras publicar estos resultados en diferentes medios de comunicación, esta mañana, de camino al trabajo escuchaba en la radio el análisis que hacían diferentes periodistas sobre el Informe PISA 2015, recalcando la brecha territorial. La brecha entre comunidades autonómicas, brecha norte-sur. ¿Qué pasa en Andalucía? Andalucía se sitúa en la última posición en ciencias con 473 puntos, y en el penúltimo lugar en lectura y en matemáticas.
Detrás de estos datos que se están valorando como positivos, o muy positivos según declaraciones del Ministro de Educación, lo más alarmante es la brecha territorial que existe entre comunidades en un mismo país. Es muy triste que, siendo ciudadanos de un mismo país, un niño andaluz no tenga acceso a los mismos recursos que un niño madrileño; es indignante que un profesor andaluz no cuente con las mismas condiciones laborales que un profesor en Navarra o Castilla y León. Y dice el Ministro que esta mejora se debe a los docentes, y yo me pregunto, ¿somos los docentes andaluces los responsables de que estemos a la cola? Si esto es así, ¿contamos con los mismos recursos, condiciones laborales, ratio, salarios que los docentes en otras comunidades con mejores resultados? Nos gustaría saber qué podemos hacer para mejorar, pero eso sí, en igualdad de condiciones. Este análisis ya depende de quién lo haga y con qué intención se haga. Un análisis científico de los factores que influyen en los resultados académicos de nuestra comunidad quizá revelaría aspectos incómodos para determinados sectores, porque supondría mayor inversión, y eso mejor para otras cosas....
Para colmo tenemos que escuchar a nuestra Consejera de Educación extrañándose de los resultados y justificando estos a causa de que los centros seleccionados para el estudio presentan el índice socioeconómico más bajo de todos los que han participado en el informe. ¡Pero qué mala suerte! Claro, ahora lo entiendo, ese es el problema, que hemos tenido mala suerte. Y tendremos que resignarnos, qué le vamos a hacer. Resignarnos a que los políticos tengan que hacer este tipo de comentarios inoportunos, poco profesionales, en los que echen balones fuera, pero no hagan autocrítica de por qué Andalucía está a la cola en educación; de por qué Andalucía es la comunidad donde según la Consejera de Educación los 54 centros están en contexto socioeconómicos deprimidos; de por qué Andalucía presenta la tasa más alta de paro...de por qué tantas y tantas desigualdades. ¡BASTA! Basta de resignarnos a todo lo que digan y hagan (o más bien dejan de hacer), basta de que jueguen con el futuro de nuestra comunidad, que no es más que la educación actual de nuestros niños y niñas. Y en lugar de escuchar una excusa pueril debemos exigir una respuesta responsable. Por cierto, uno de los principios de la Educación es la compensación de desigualdades, por tanto, esos centros de bajo índice socioeconómico deberían contar con más recursos educativos para compensar las diferencias sociales y permitirles que en un futuro puedan transformar su realidad a través de la educación. Pero esto parece una utopía.
Para terminar, solo tengo preguntas retóricas y una reflexión personal que me preocupa: ¿cuándo vamos a reaccionar, cuándo vamos a despertar de este letargo en el que nos dejamos arrastrar? Estamos en un letargo inducido por somníferos facilitados por las políticas sociales que nos conforman, nos resignan a obtener bajos resultados a nivel educativo, a tener una alta tasa de paro, a optar a trabajos con condiciones laborales lamentables y que a pesar de eso el que lo tiene cree que es un privilegiado.
Estamos en un letargo en el que nos conformamos con subsistir pensando en el aquí y ahora, y olvidando el mañana, ese mañana que son nuestros niños y niñas y a los que les estamos robando el futuro, no luchando por mejorar su educación, ofreciéndole recursos para ser críticos y autónomos, y en cambio los arrastramos a nuestro letargo, siendo dependientes y miedosos, conformistas.
Poco a poco Andalucía se aleja de las comunidades más ricas, en empleo, en educación, en sanidad...
A pesar de todos los obstáculos a nivel burocrático, legislativo y político, los docentes andaluces se esfuerzan y se entregan día a día en su labor, en muchos casos en centros con condiciones muy complicadas y de difícil desempeño, pero siempre con pasión y fe en lo que hacen, soy consciente comprobándolo cada día con los compañeros y compañeras que me rodean. Pero estamos corriendo el peligro de dejarnos también arrastrar, y que el hastío y el estrés por los obstáculos nos lleven al conformismo. BASTA, NO NOS DEJEMOS PISAR.
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