17 de febrero de 2010 | MERCEDES MUÑOZ, GRUPO NO ADSCRITO
¿Municipalización o privatización?
Algunos ciudadanos de Priego piensan que en el pasado Pleno de enero se privatizaron los servicios de cementerio y del ciclo integral del agua. No están contentos con que el Ayuntamiento deje de prestar directamente estos servicios y temen que se dilapide el patrimonio de todos y todas en beneficio de una empresa privada.
Esta confusión no se debe exclusivamente a que la ciudadanía esté mejor o peor informada, sino sobre todo a la forma en que el equipo de gobierno suele hacer las cosas sin planificar adecuadamente sus actuaciones ni dar suficiente cuenta a los grupos de la Corporación y menos a la ciudadanía. Así, tanto en el asunto del cementerio como el del agua se ha corrido imprudentemente desde principios de año cuando las propuestas llevaban al menos dos años planteadas sin que se les hiciese demasiado caso. Por ejemplo, la comisión creada para estudiar la gestión del ciclo integral del agua se ha reunido en todo este tiempo sólo cuatro veces: la primera para constituirse, la segunda para contratar a un equipo de redactores, la tercera para entregar la documentación y la última, una semana antes del Pleno, para entregar la documentación definitiva. Un modo bastante ineficaz de trabajo que lleva a tomar decisiones con más premura de la necesaria. El caso del cementerio fue todavía más simple porque desde el principio se supo qué empresa se lo va a quedar y parece que fue suficiente con hacer una visita a sus instalaciones.
Para empezar, todo el mundo debería tener claro qué significa crear una sociedad mixta para gestionar un servicio público. En primer lugar, debemos ser conscientes de que un ayuntamiento no sólo lo compone el personal de trabajadores y técnicos, seguramente muy capaces de realizar sus tareas lo mejor posible, sino también los políticos de turno que dirigen las distintas áreas y consiguen y administran los recursos humanos, materiales y financieros para mantener y gestionar los servicios. El actual equipo de gobierno no ha demostrado todavía, y ya le queda poco tiempo para hacerlo, que tenga la capacidad para afrontar los retos y necesidades que plantea actualmente el ciclo integral del agua. Pensemos lo que se ha invertido en una depuradora que todavía no sabemos cuándo va a funcionar a pleno rendimiento. En segundo lugar, prestar servicios públicos de calidad y sin incurrir en un déficit crónico exige invertir de manera generosa en medios e infraestructuras. Nuestro ayuntamiento no tiene hace ya demasiado tiempo unas finanzas saneadas que permitan realizar esas inversiones, ni siquiera mediante subvenciones. No tenemos más que mirar hacia el mercado de abastos. Para afrontar estos dos problemas puede ser de mucha utilidad gestionar el servicio, manteniendo su titularidad pública, de manera indirecta a través de una empresa mixta en la que participan el capital privado y el público. La mayor ventaja de esta opción es que el ayuntamiento sigue teniendo el control del servicio y la capacidad de decidir sobre las tarifas y prestaciones. Se combinan así los recursos económicos y los conocimientos del socio privado con el carácter público del servicio. Pero para cumplir estos objetivos, hay que diseñar adecuadamente las bases de la empresa mixta, pensando siempre en el beneficio del ciudadano y no en la posibilidad de montar unos presupuestos sobre el canon a percibir por el socio privado.
El caso de la empresa mixta para el nuevo cementerio es un buen ejemplo de lo que no se debe hacer: se pierde el control de la gestión del servicio y de las tarifas al establecer que el socio privado tenga la mayoría del capital social. Ninguna empresa privada se mueve por fines altruistas y si va a comprar los terrenos y construir el cementerio, tendrá que obtener los beneficios que compensen su inversión en el tiempo que dure la empresa. Y será el ciudadano, como siempre, el que vea salir ese dinero de su bolsillo o de su póliza. En resumen, aquí podemos hablar de una privatización encubierta del servicio de cementerio a la que debemos oponernos, así como a que haya dos tipos de gestión para un mismo servicio según hablemos del cementerio “viejo” o del “nuevo”.
El caso de la empresa mixta para gestionar el ciclo integral del agua es más interesante y también más difícil. El servicio de agua y alcantarillado es deficitario y sufre la sangría constante de las fugas y las tomas y pozos ilegales, Sería necesario mejorar las infraestructuras, la inspección y sancionar sin miedo a quien se aprovecha de los demás. Además, pronto habrá que ocuparse también de la depuradora y la red de emisarios está aún sin terminar. Invertir en todos los puntos del ciclo del agua y mantener al mismo tiempo las tarifas es algo que ahora mismo supera los medios del ayuntamiento, pero quizá no dentro de los 25 años que se plantean para la empresa mixta. Pero también en este caso hay que atar bien todos los cabos para que no dilapidemos un patrimonio tan valioso como es el agua, un agua que es nuestra. De momento hay un primer paso bien dado: la participación del ayuntamiento en el capital social es mayoritaria, lo que garantiza que el servicio sea verdaderamente de titularidad municipal y que su gestión y sus cuentas se controlen de manera pública, por los representantes de la ciudadanía. Pero quedan aún algunos aspectos que mejorar y por eso en el periodo de alegaciones hemos presentado, entre otras, las siguientes:
- las acciones de titularidad municipal no deben ser transferibles, es decir, no deben poder venderse al socio privado ni a terceros; de lo contrario corremos el riesgo de que, ante el primer revés económico, el equipo de gobierno que sea venda nuestras acciones y la sociedad mixta se convierta en privada. Nada más lejos del objetivo de una empresa mixta: recuperar las acciones privadas y, con ellas, el carácter público directo del servicio
- el canon no debería cobrarse de golpe, sino anualmente. El equipo de gobierno necesita contar con algún ingreso para sus próximos presupuestos, pero lo único que conseguirá de esta manera es gastar de golpe en gasto corriente unos ingresos que, bien administrados, serían más útiles a largo plazo
- la empresa se diseña sin contar con el personal de esta área del ayuntamiento, al que se asignarán tareas insuficientes para el número de la plantilla o a un “reciclaje” ajeno totalmente a su categoría profesional. No parece que se haya informado bien a los trabajadores sobre las ventajas que puede suponerles integrarse en la empresa mixta ni se informa bien a la ciudadanía de que mantener este personal ajeno a la empresa duplicará los gastos laborales innecesariamente puesto que el ciclo integral del agua quedará bajo la gestión de la empresa mixta
- se propone en la documentación que el socio privado, por el saber-hacer que aportará a la empresa, reciba entre un 6 y un 7% de la cifra total de negocio (ingresos brutos, sin descontar gastos). Si tenemos en cuenta que también recibirá su porcentaje de los dividendos durante 25 años, resulta una cifra demasiado elevada para un socio que se encontrará todo hecho. Proponemos que ese porcentaje se reduzca a la mitad.
Según se resuelvan estas y otras alegaciones que recibirá la Comisión correspondiente, mantendremos o no nuestro voto de apoyo inicial.