Un hecho extraordinario, por lo insólito, es que un prieguense, nacido en la Huerta Palacio, llegue a ser profesor en una universidad americana allá por la década de los años sesenta del siglo XX y eso, que al iniciar sus estudios, por la década de los cuarenta del siglo XX, las tasas de analfabetismo en su pueblo superaban el 70%, puesto que escasamente estaba escolarizada de un 30 al 40% de la población escolar y no había centros de enseñanza media en la localidad.
Cuando Francisco Alcalá tiene seis años se declara la guerra civil española. Sus padres lo mandan a vivir con el abuelo que se lo llevaba al campo todos los días para que le ayudase en las tareas agrícolas, mientras que por las noches iba a la casa de un guardia civil retirado donde aprendió las primeras letras, pasando después durante dos cursos a una escuela nacional que por entonces agrupaba todas las edades y estaban masificadas. Viendo sus cualidades, el sacerdote Ángel Carrillo, se lo llevó al seminario Conciliar San Pelagio de Córdoba, salvándolo, sin lugar a dudas, de su trabajo en el campo y dándole una formación académica.
El paso a los estudios universitarios estaba en la práctica vedado a la casi totalidad de la población, accediendo solamente un escaso número de estudiantes, casi todos varones, con suficientes medios económicos en sus familias para poder sufragar, fuera de la localidad, los gastos de las enseñanzas media y superior.
Sin embargo, Francisco Alcalá Ortiz, a pesar de ser hijo de un obrero, y por lo tanto sin medios económicos, obtuvo, aparte de la carrera eclesiástica, tres licenciaturas universitarias, y un doctorado, cada título en un idioma y país diferentes, Córdoba, Comillas, Madrid, París y New York. Consiguiendo finalmente impartir clases en una universidad de los Estados Unidos, en Worcester State College, donde alcanzó la máxima escala de su profesión. Hechos que casi rozan el milagro. Sin lugar a dudas, estamos ante un superdotado que alcanzó siempre las máximas calificaciones en todas sus carrerasEste libro es un intento de dejar constancia de las causas que incidieron en su persona, formación, vida familiar, profesión y escritos, casi todos inéditos, para conseguir tan extraordinaria y singular hazaña.
A la biografía realizada por su hermano Enrique, se le ha añadido, la tesis doctoral sobre José Ortega y Gasset, un ensayo sicolingüístico comparando la mentalidad de los españoles con los americanos a través del lenguaje, una obra de teatro en verso que compuso cuando tenía 17 años, poesías de su juventud en el seminario San Pelagio de Córdoba, una serie de artículos publicados en Adarve, y varias cartas.
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