La representación del "Prendimiento" da paso a los días grandes de la Semana Mayor prieguense

Un año más se celebró este auto sacramental en la Plaza de la Constitución de Priego

Como es tradicional la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús en la Columna ha vuelto un año más a representar el auto sacramental del Prendimiento de Jesús. 

En torno a las 20:30 y tras el desfile de los apóstoles, escuadrón, sayones y banda de los chaquetillas colorás de la hermandad columnaria, daba comienzo la representación del "Prendimiento".

Si hay algo característico de nuestra Semana Santa sin lugar a dudas es esta representación.  Aunque no se conoce con exactitud la fecha en que da comienzo, se puede asegurar que en el siglo XVII ya se efectuaba, según se hace referencia en las primitivas constituciones de la Archicofradía de la Columna. Hasta el año 1960 se representó el Jueves Santo por la tarde, aunque dejó de representarse este día porque coincidía con los Santos Oficios.

Asimismo la representación ha pasado por diversos lugares como la Carrera de Álvarez, el Compás de San Francisco, el Teatro Victoria, el teatro María Cristina de la Fuente del Rey, y en la actualidad en el Paseillo de Priego, delante del Ayuntamiento.

Referente a los personajes, Jesús y los apóstoles fueron en principio encarnados por sacerdotes. Posteriormente, fueron hermanos de la Columna o personas ajenas a la Hermandad. En la actualidad solo la figura de Jesús sigue fie a la tradición.

En cuanto al desarrollo de la representación, la tensión dramática va en aumento desde el principio hasta que en la escena final se suceden acciones con ritmo trepidante y profusos efectos teatrales.

La representación costa de tres partes, la primera es la última cena en la que se produce la consagración del pan y del vino. La segunda parte es la venta de Jesús por Judas en la que intervienen Caifás, Judas y los sayones.

La última es la Oración en el Huerto, que comprende desde la llegada a Getsemaní donde apresan a Jesucristo y Judas muestra su arrepentimiento. Una vez terminada, la comitiva  volvió en desfile hasta  la Iglesia de San Francisco, eso si con Jesús ya amarrado y apresado por los sayones.